miércoles, 14 de abril de 2010

Riesgo Sistémico y el Factor Petróleo en la Economía Mundial.


Por Carlos Matus Herrera


Hoy en día la estabilidad de la economía mundial depende de múltiples factores, los cuales se pueden clasificar en económicos, políticos y sociales, en términos financieros esto se conoce como riesgo sistémico, son todas aquellas variables que no se pueden manipular directamente y que afectan de manera concreta sobre los resultados esperados ya sea en una empresa, o un país.


El riesgo sistémico esta siempre latente y naturalmente siempre se encuentra en agentes o fenómenos cuya relación con el objeto directo de dicho riesgo no es tan clara o visible a primera vista, sobre todo antes de que ocurra un impacto considerable sobre los resultados de cualquier organización.


En el caso de un país, el riesgo proviene tanto del interior como del exterior y no necesariamente es un factor económico, sin embargo en la mayoría de los casos terminan afectando directamente en aspectos económicos, que dependiendo de la profundidad y el alcance del impacto provocado por los factores, podrán modificar las condiciones más sensibles de una economía o no, que a su vez podrían repercutir en aspectos sociales y políticos de una nación.


Para una organización como una empresa, los factores que repercuten en sus resultados provienen tanto del mercado donde se desenvuelven como fuera de este. No importando si la empresa se limita sólo al ámbito nacional o abarca dos o más países. Sin embargo hay que tomar en cuenta que cuando una corporación participa en dos o más países los riesgos aumentan exponencialmente dependiendo del número de países donde se tenga injerencia.


Hablando en términos sistémicos, se puede argumentar que los factores aquí mencionados están interrelacionados y por tanto se modifican unos a otros constantemente, sin embargo para cualquier agente económico esto no es suficiente, es también necesario identificar los factores específicos que tendrán repercusiones directas sobre sus propios intereses.


Actualmente, existe un factor que tiene una importancia fundamental para la economía global y de los países en particular: si se toma un momento para voltear a nuestro alrededor, nos daríamos cuenta de que casi todas las cosas que nos rodean están hechas a partir del petróleo, los medios de transporte que utilizamos están fabricados a partir de este recurso, la gasolina que es el combustible con el cual nos desplazamos y desplazamos los productos que producimos, es un derivado del petróleo, los fertilizantes que se utilizan para los cultivos intensivos en algún punto pasan por un proceso relacionado con este bien.


Es entonces que se cae en cuenta que el desarrollo de la economía mundial, durante los últimos tres siglos (XVIII,XIX y XX), no importando si se habla de un sistema capitalista o socialista, esta basado en la producción del petróleo. Las implicaciones que tiene este hecho en la economía mundial nos muestra que existe una fuerte dependencia de esta frente al recurso que por cierto no es renovable.


Ahora bien en términos de riesgo sistémico, el petróleo es, como ya se menciono en el párrafo anterior, un recurso que en algún punto de la historia se va a acabar, afectando directamente sobre la producción de todo tipo de bienes y sobre todo la distribución de dichos bienes, además esta el hecho de que este recurso esta sujeto a las leyes de la oferta y la demanda, por lo tanto su precio dependerá de que tanto sea demandado por las economías del mundo y de su disponibilidad.


Ahora bien, ¿Qué pasa cuando existe escases, sobredemanda o falta de demanda de este recurso energético? Hoy en día se cuenta con diversos ejemplos respecto a las fluctuaciones en las condiciones del petróleo. El caso más relevante en cuanto a escases lo podemos encontrar durante la década de los años setentas, cuando la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estableció cuotas de producción, esto es, restringió la producción ocasionando una disminución en la oferta del recurso en cuestión a nivel mundial. Los precios del petróleo WTI pasaron de menos de $17dolares por barril en 1970 a $42 dólares por barril en 1975 aproximadamente, de acuerdo con los datos de la Agencia Internacional de Energía. Un caso similar se dio en 2008 cuando se desató la guerra entre Estados Unidos e Iraq, ya que el precio del crudo llego a estar el 11 de julio de 2008 a $145 dólares por barril, de acuerdo con los datos proporcionados por la misma agencia.


Hoy en día el precio del petróleo WTI ronda entre los 85 dólares por barril, de acuerdo con los datos del periódico el Financiero. Sin embargo todo parece indicar que las condiciones del petróleo van a modificarse en gran medida a raíz del hecho que algunos científicos y especialistas ya están señalando, y es que al parecer la producción mundial de petróleo ha llegado ya a su punto más alto. Lo que esto significa es que la producción no va a ser capaz de igualar a la demanda de ahora en adelante, a menos que la demanda disminuya, situación que es poco probable, siendo que la población mundial sigue en aumento y cada vez demanda más y bienes y servicios.


Datos de la Agencia de Administración de Información sobre Energía de Estados Unidos muestran que en 2007 la producción mundial de petróleo fue de 84,394.202 miles de barriles diarios, mientras que en 2008 alcanzo su punto máximo con 85,384.198 mdb, y para 2009 hubo una reducción a 84,158.559.


Es innegable que la tendencia de la producción mundial de petróleo durante los últimos treinta años ha sido a la alza sin embargo esta situación puede cambiar en forma vertiginosa, o por lo menos las tendencias no reflejaran un aumento sustancial, tomando en cuenta la situación de la producción y el comercio a nivel mundial. Ahora bien, ¿qué implicaciones tiene esta situación para la estabilidad de la economía mundial?La escases en aumento del recurso puede hacer que su precio se incremente a tal grado que sea incosteable, lo que a su vez repercutiría en los precios de los bienes en general, incluyendo los alimentos. Si los precios de la principal fuente de energía de la economía mundial se elevan hasta un punto en que se incosteable para las empresas y los gobiernos, estos responderían a dicho incremento al dejar de consumir petróleo en alguna de sus formas derivadas, lo que implicaría una serie de múltiples efectos de gran impacto sobre las condiciones de los mercados y por tanto sobre de las sociedades

A tal grado, que las empresas de distribución de bienes tanto locales como internacionales no podrían operar generando un desabasto generalizado de ciertos productos, podrían ocurrir múltiples y no aisladas parálisis de los sistemas de transporte, tanto de pasajeros como de mercancías, los índices de precios en general responderían a la alza, ocasionando hiperinflación, disminuyendo así el poder de compra de las personas en todo el mundo.


A final de cuentas el panorama a futuro respecto de la economía mundial depende en gran medida de lo que ocurra con el petróleo, considerado entonces como un factor de riesgo económico, el cual tiene que ser atendido con antelación por la sociedad internacional en su conjunto para tratar de encontrar soluciones a una coyuntura que se esta gestando con gran dinamismo.


Sin embargo esto implica también un cambio en la manera de pensar y actuar no sólo personal sino colectiva, es posible que los Estados no sean capaces de generar una posibilidad concreta de solución frente a este factor de riesgo, y serán los conjuntos de individuos en una expresión de su libertad y creatividad, que puedan contrarrestar los efectos de este fenómeno.

lunes, 1 de marzo de 2010

Macroetapas y la IV Guerra Mundial

Por: Alejandro Gutiérrez Vera

El marco histórico de las relaciones internacionales lo encontramos dividido en Momentos, Etapas y Macroetapas, estas últimas se caracterizan por saltar de eje conductor (del económico al militar por ejemplo) y determinar el regimen de conducta interestatal.
Si tomamos el "Momento" dado en 1945, con el término de la 2da Guerra Mundial, como "T0" o "el big bang" de las relaciones internacionales contemporaneas, encontramos que ocurre un proceso de polarización donde se estratifica el orden mundial, en potencias de primer orden y sus periferias, en este caso dos grandes polos de poder (Moscú y Washington) con sus respectivas periferias.

En esta "Macroetapa" tenemos el eje militar como vector direccionador de las relaciones mundiales; la carrera armamentista estuvo involucrada en todo momento y podriamos inducir que por las magnitudes del conflicto, la Guerra Fría fue la "3ra Guerra Mundial", un elaborado drama entre dos concepciones sistemicas contradictorias y su constante lucha por el poder.

Lo que escapa al análisis, es que muchas veces nos referimos a la etapa siguiente (que salta del eje militar al económico) como la "Post-Guerra Fría", ignorando que conflicto ideológico entre URSS y EUA, era el que se encontraba enmarcado dentro de una anomalía sistémico-estructural, es por eso que el concepto de "Paz Fría", acuñado por Jeffrey Garten, se adecúa más en términos teórico-explicativos por las constantes contradicciones intercapitalistas entre Estados Unidos, Europa y Japón que definen la decada de los noventa.

En 2001, se da otro salto de eje rector, del económico al militar nuevamente, con los atentados del 11 de septiembre, y la denominada "Guerra contra el Terrorismo", aquí ponemos enfásis en el hecho de que en los círculos neoconservadores estadounidenses y la derecha israelí, esta guerra es considerada como la "4ta Guerra Mundial", donde el enemigo no es el terrorismo per sé (porque ellos mismos son partidarios de utilizar estos métodos), sino el islamismo militante.

Israel por medio de su lobby en Estados Unidos ha sido capaz de vender esta guerra como una guerra como una guerra global que afecta los intereses directos de Estados Unidos, cuando el trasfondo real se encuentra en los planes geopolíticos israelies en la región del Medio Oriente. Hace falta solo recordar que una de las tres razones enlistadas por Osama Bin Laden para lanzar una guerra santa contra EE.UU. esta directamente ligada a Israel y que la nación Judía es precaria en recursos hídricos y energéticos que puede esncontrar facilmente en el territorio de sus vecinos árabes.
Las piezas se mueven e Israel se erige en términos Huntingtonianos, como el último bastión de la civilización juedo-cristiana, en contra del salvaje islamofacismo, de esta manera se introduce la idea en el imaginario colectivo de una sola amenaza monolítica donde por igual se engullen grupos secularistas, chiitas y sunitas y se les asumen como contrarios a nuestros valores e ideales.

La realidad es mucho más compleja que estas simplistas ideas deterministas, que solo fungen como catalizadores de una agenda impulsora de una Pax Israelica; lo que Norman Podhoretz, Eliot A. Cohen, Michael Leeden y otros intelectuales orgánicos califican como "Cuarta Guerra Mundial" es lo que nosotros podemos identificar como la primera Macroetapa del siglo XXI, cuya transición del eje militar al económico puede ser marcada con la crisis de 2008. Sin embargo el concepto de Cuarta Guerra Mundial es mucho más amplio al estar concebido para tener una duración tan larga como la Guerra Fría y una magnitud de destrucción similar a la Segunda Guerra Mundial.

Solo la memoria histórica y un entendimiento riguroso de la región nos puede dar un cuadro más completo de la realidad internacional y comprender la naturaleza de este estimulo supraliminal que los medios de comunicación vinculados al cabildo promueven con el objeto de llevar a cabo su cometido. El posicionamiento israelí como hegemonía regional.

domingo, 28 de febrero de 2010

México en el Consejo de Seguridad 2009.

Por: Mauricio Bastién Olvera

Si bien el 2009 estuvo marcado por algunas crisis a nivel internacional y nacional que obstaculizaron el desempeño de México en áreas importantes para nuestra política exterior, este año traerá consigo proyectos interesantes que vuelven a poner a nuestro país en los reflectores de la escena mundial. No obstante, habrá que reconsiderar algunas cuestiones y tratar de obtener el máximo provecho de las experiencias que se tendrán.

En términos de seguridad, México está ya en la segunda mitad de su periodo como miembro no permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSONU). En ese órgano, se llegan a tomar decisiones del más alto nivel relativas a la solución de conflictos y al mantenimiento de la paz y seguridad internacionales. Así, junto con otros 14 países, entre ellos China, Estados Unidos, Francia, Rusia y Reino Unido que tienen el poder de vetar las decisiones alcanzadas, buscará velar por el cabal cumplimiento del Derecho Internacional Público. Cabe destacar, que según el orden alfabético por el que se designa la presidencia mensual del Consejo, nuestro país fungirá como máxima autoridad en el mes de junio. Mismo mes durante el cual México ocupó su primera presidencia del CSONU en el año de 1946, mientras cumplía su mandato como miembro no permanente tras haber sido electo por medio de un sorteo.

La labor de la presidencia no es una tarea fácil, ya que se tendrá que diseñar una agenda y convocar a debates temáticos de interés para los otros Estados, así como fungir de interlocutor en caso de que se llegará a desatar una crisis. Será importante que los temas a discutir sean elegidos con cautela, para que no se repitan situaciones como la ocurrida con Haití durante la presidencia mexicana pasada, que pese haberse dado de manera coyuntural, afectó la imagen de México. Recordemos que la crisis humanitaria en ese país caribeño fue abordada por el Consejo de Seguridad a sugerencia de la presidencia ocupada por nuestro país en abril de 2009, pese a lo cual, un mes después rechazaría la ayuda mexicana argumentando una posible contaminación del virus AH1N1 en la misma.

Recientemente, y después del terremoto en la isla, México vió como positivo el aumento del número de efectivos de la Operación de Mantenimiento de la Paz en Haití con el objetivo de estabilizar la grave situación de emergencia, pese a ello, nuestro país no ha enviado ningún efectivo militar bajo el auspicio de la ONU.

Respecto a la relación con los otros miembros del Consejo, será de especial interés la que se concrete con Brasil, país latinoamericano con el que por segunda ocasión se coincide en el CSONU. Se tendrá que delimitar en que cuestiones podremos tener posiciones conjuntas y apoyar como países de la misma región y en cuales no.

En este sentido, destaca lo referente a la seguridad nuclear y desarme. Mientras que para México es un tema de suma importancia y que figura en las prioridades del Presiente Calderón, para Brasil este no es un tema prioritario, e incluso su canciller ha declarado que la cuestión del rearme brasileño es un tema político y no solamente de estrategia militar. De igual forma, Brasil no es signatario de la Convención sobre Municiones en Racimo, acordada en 2008, misma que fuera el último gran éxito en materia de desarme internacional, que contó con el gran apoyo de México. Al tiempo, que según el directorio de la ONU, Brasil cuenta con cinco expertos de las fuerzas armadas de apoyo para la delegación ante el CSONU, de las ramas del ejército, fuerza área y marina, mientras que nuestro país solamente cuenta con dos expertos, de la Secretaría de Marina y de la Secretaría de la Defensa Nacional, por lo que se vuelve necesario un refuerzo en esa área.

Aunado a lo anterior, tenemos el cierre temporal, por motivos financieros, del consulado mexicano en Porto Alegre, ciudad estratégicamente localizada entre Argentina y Uruguay, que sirve de puente para gran parte de las actividades del Mercado Común del Sur (Mercosur). ¿Qué diríamos en México si Brasil cierra su consulado en Guadalajara?

Así pues, este es parte del panorama con el que se tendrá que enfrentar la diplomacia mexicana en el año que inicia. En el que esperemos que los festejos del Bicentenario no distraigan el quehacer internacional de México, al igual que el Mundial de Futbol, que por cierto, se celebra en junio y Brasil lo podría ganar.

gmbastien@gmail.com